RECLAMACIÓN
El
autobús que debía llevarla a la estación venía
con retraso. Aurora se impacientaba. Tenía la extraña
sensación de que no sólo perdería el tren de las
8:45 sino algo mucho más importante. Cuando llegó hasta
la vía y vio desaparecer a lo lejos el último vagón,
rompió a llorar. A partir de entonces la nostalgia de algo
inalcanzable y sin definir se instaló en su corazón.
Su
habitual echador de cartas dio con la clave de su dolencia: en ese
tren, Aurora habría encontrado al amor de su vida. La joven
pagó la consulta y, poniendo en ello todo el sentimiento,
rellenó una hoja de reclamaciones dirigida a la empresa de
transporte urbano. El empleado de la Oficia de Atención al
Cliente, romántico incurable, archivó en su memoria la
historia de aquel amor, imposible por diez minutos de retraso.
(C.M.SB)
(C.M.SB)
No hay comentarios:
Publicar un comentario