LA ESTRELLA DE LA NOCHE
La gata camina por los
tejados con paso de equilibrista. Ha caído la noche, pero las
tejas todavía conservan el calor de un día de sol. Se
tumba y se acicala sin prisas. Mientras, sus oídos clasifican
los sonidos de la ciudad: la música de un bar, el motor de los
coches, televisores encendidos, el timbre de un teléfono... La
gata bosteza y observa las ventanas iluminadas y abiertas. A pesar de
la hora, aún hace calor. Un hombre se asoma al balcón,
silba una melodía y escruta las sombras. De pronto, su mirada
capta la silueta inmóvil de la gata. Se gira y hace un gesto,
como si llamara a alguien. Una niña aparece tras él. El
hombre extiende un dedo y señala el tejado del edificio en
ruinas. La luna se posa en ese instante sobre él y extiende su
luz sobre un ovillo blanco. La gata se estira, se pone en pie y
camina majestuosamente, sobre las tejas recalentadas por el sol, con
su paso de equilibrista. Es la estrella de la noche.
(C.M.SB)
(C.M.SB)
No hay comentarios:
Publicar un comentario