viernes, 29 de marzo de 2013

Cosas del viento...

Cuando yo ya no esté, el viento estará, seguirá estando.

El libro de los abrazos
(Eduardo Galeano)

Veleta (Pelayo Ortega)

jueves, 28 de marzo de 2013

SIN PRISAS...

El problema de los caracoles


Mientras se lavan los cuernos

y se ponen el pijama,

se les hace ya de día...

y no han llegado a la cama.

El secreto del oso hormiguero.
Beatriz Osés / Ilustraciones de Miguel Ángel Díez
Faktoría K de Libros


domingo, 24 de marzo de 2013

PALABRAS
La pluma, guiada por un pulso cada vez más firme y entusiasta, se deslizaba por la hoja en blanco. Así las palabras iban quedando poco a poco unidas al papel, atadas a él por toda la eternidad. Eran enlazadas unas con otras, no por el azar, sino por una idea fija y obsesiva. Se engarzaban entre sí a perpetuidad, construyendo un todo indivisible. De entre los millones de posibilidades de ser combinadas, el autor eligió la única posible y certera, la única sustentada por un amor incondicional hacia cada sílaba. El único error que temía cometer era el de someterlas a una unión que sabía indisoluble. Aquellas palabras podrían llegar a odiar los márgenes impuestos, el encierro de papel, la dependencia de un enlace obligado. Meditó. Y halló un consuelo. Cada vez que alguien leyese aquellas líneas, las palabras encontrarían una liberación. Podrían ser interpretadas, pronunciadas en voz alta, susurradas, lanzadas al viento. Quizá unas cuantas serían subrayadas, distinguidas dentro de ese todo absoluto y compacto. Incluso alguna quedaría grabada en una memoria, aislada del resto, combinada tal vez con otra diferente a la que la ataba y oprimía. Sí, aquellas palabras encontrarían, a través de los ojos del lector, la libertad que él acababa de robarles. El autor sonrió. Luego, empuñó la pluma de nuevo.
(C.M.SB)

lunes, 18 de marzo de 2013

LA RUTINA DE LA ESPERANZA


La esperé durante 5.475 días, quince años de mi vida alimentando la esperanza. Y un buen día, abrí el buzón y ahí estaba. La sostuve en la palma de mi mano. ¡Qué poco pesaba en realidad!

Subí a casa. Me guardé la carta en un bolsillo y preparé un café sin ninguna prisa. Después, mirando a través de los cristales, lo bebí con calma, saboreando cada sorbo. En la calle, las hojas bailaban al son que les marcaba el viento. Abrí la ventana y la carta, ligera, planeó unos instantes en el aire, sin decidirse a caer. Después, se precipitó hacia el suelo y desapareció de mi vista. No había que perder la esperanza. Tal vez, un día, de la manera más insospechada, la carta volvería a mí.

Cerré la ventana y retomé mis rutinas.



domingo, 17 de marzo de 2013

Y SIGUE     LLO
                            VIEN
                                     DO.
                                            .
                                             .

"Lo rodeaba la lluvia por todas partes y el día le entregaba una intimidad inigualable".

Un viejo que leía novelas de amor (Luis Sepúlveda)


Ilustración: Stella Rubio


sábado, 16 de marzo de 2013

EL CARACOL

El caracol en un principio no era nada,
pero después fue caracol.

Y como era caracol construyó una casa
-liviana como la cáscara de las nueces-,
la puso en su espalda y salió a conocer el mundo.

Vio:
-cada paisaje pasaba frente a él en cámara lenta-
un río que amarraba
parte de la tierra.
Un ciruelo
del que florecían
corazones blancos.
Los rayos de sol,
como hilachas de miel de un panal suspendido
entre el cielo y los árboles.
Y aunque sabía que su casa era pequeña,
el caracol,
que en un principio no era nada pero después fue caracol,
de cada cosa quiso llevar algún recuerdo.

Guardó:
del río, la risa de las piedras;
del ciruelo, el corazón más blanco;
de la luz que cae sobre los jardines, el olor del amarillo.

El baile diminuto
María José Ferrada* Sole Poirot
Editorial Kalandraka


viernes, 15 de marzo de 2013

Recomendación

Hoy recomiendo...


Intemperie (Jesús Carrasco). Seix Barral Biblioteca Breve

Un niño escapado de casa escucha, agazapado en el fondo de su escondrijo, los gritos de los hombres que lo buscan. Cuando la partida pasa, lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente de aquello que le ha hecho huir. Una noche, sus pasos se cruzan con los de un viejo cabrero y, a partir de ese momento, ya nada será igual para ninguno de los dos.


jueves, 14 de marzo de 2013

A ALGUNOS LES GUSTA...

(Ejercicio para El Club de Escritura)


A algunos les gusta caminar con las manos,
 contar hasta diez y volver a empezar,
 recitar versos de memoria al revés,
 conducir sin sombras,
 arrancar pájaros al aire
 o denunciar derrotas.

A algunos les gusta
 combatir de noche,
 asaltar farolas,
 predecir el pasado,
 levantar perezas de entre las sábanas
 o,  quizá, por qué no,
 sonreírle al mundo.
(C.M.SB)

domingo, 10 de marzo de 2013

HOY ES FIESTA



Hoy es fiesta. El día ha amanecido difuminado por la niebla y bañado por una lluvia fina. La mañana, entre blanquecina y gris, invita a perderse en la melancolía, a seguir el rastro de las gotas en los cristales. Sin embargo, voy a rechazar su invitación. Me vestiré de colores, olvidaré el paraguas, pintaré de azul el cielo y me inventaré el calor del sol. Es fiesta y voy a celebrarlo. Sí, hoy saltaré por encima de los charcos y jugaré al escondite con la tristeza.
(C.M.SB)

(Publicado en Cuentos Alígeros. Editorial Hipálage, 2010)