ha comenzado con un paseo temprano, a la orilla del río. Corría un airecillo fresco y la hierba aún estaba húmeda. A mi lado, el trotecillo ligero de Bosque. Mientras caminaba, observaba las ventanas cerradas e imaginaba a la gente durmiendo con el sueño profundo de las primeras horas del día. Salvo los pájaros, todo estaba en calma. Me he cruzado con algún otro caminante. Todos hacíamos lo mismo: explorar la mañana.
C.M.SB.
Fotografía: C.M.SB. |