El despertar, el día que comienza bajo una luz de luna, un paseo sobre hojas que a un tiempo están secas y húmedas, sombras quietas y móviles en el asfalto, tus pasos, los míos. La semana empieza fresca, no fría, no helada. Un café que pone sabor al principio de este lunes y unos focos dorados que se proyectan sobre la lectura. Planes en la cabeza: para hoy, para las próximas fechas. Tal vez la fuerza que me asalta en horas tan tempranas viene de una intuición: hoy será un buen día. Lo predicen el cuerpo y la mente, adivinos ambos del futuro inmediato, sabedores ambos de las posibilidades que encierra todo comienzo, por pequeño que este sea. Arranca la semana y la vida. En el cielo hay un radiante gajo de luna. Esto promete.
C.M.SB.
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