jueves, 29 de septiembre de 2022

Muda

Habla, cuenta su vida: la casa, su marido, los hijos, el perro, el jardín. Escuchas y, de vez en cuando, sueltas un monosílabo o asientes con la cabeza o simplemente la miras para confirmar que sigues ahí, atenta. Y ella continúa contando. La comida toca a su fin, ya está el café sobre la mesa. Ambas dais vueltas a la cucharilla, por primera vez en silencio. Es entonces cuando ella te pregunta cómo te va a ti. Observas sus ojos. No terminan de mirarte. Revolotean.  Aunque intuyes que tu respuesta no llegará a producirse, despegas los labios por inercia, por costumbre, por cortesía. Ese mínimo movimiento, esa primera sílaba que aún no ha llegado a esbozarse, la mera posibilidad de un cambio de rumbo, es suficiente para que ella se levante y te deje con la boca ligeramente abierta. Ves entonces que se ha sentado en el otro extremo de la mesa, al lado de otro comensal. Y de nuevo, de manera más lejana,  la oyes contar su vida: la casa, su marido, los hijos, el perro, el jardín. Sonríes para tus adentros y, muda, saboreas el café.

C.M.SB.

¿?


domingo, 25 de septiembre de 2022

Paisaje

Levantas la mirada y tus ojos ven un paisaje de nubes y pájaros. Todos, pájaros y nubes, se abandonan al viento y se dejan llevar. Y, de pronto, las palabras te piden que las permitas marchar. Quizás también ellas necesitan surcar el aire para encontrar un sitio en el que anidar.

C.M.SB.

¿?


martes, 20 de septiembre de 2022

El cierre

Paseas en la tarde. Pronto va a oscurecer. Sobre el parque se descuelgan las ventanas iluminadas de unos pocos edificios. Algunas están abiertas y por ellas se escapan voces, pequeños fragmentos de las vidas que hay más allá de los cristales. Te adentras bajo los árboles y te llega el sonido de una persiana que baja. Ese ruido te hace pensar en el interior de una casa, en esa mano que agarra la cinta y tira de ella con energía, en ese deseo de aislamiento. Quien baja la persiana decide no ver cómo la tarde se diluye en la noche, ni oler la lluvia que se acerca.  Decide también no contemplar las sombras susurrantes de los árboles, tampoco las siluetas de los que, como tú, pasean sin prisa mientras el verano se acaba. Quizás cierra la persiana como quien silencia el tic tac de un reloj, como quien se encierra en su refugio para escuchar solo su propio latido.

C.M.SB.

¿?


viernes, 16 de septiembre de 2022

Adivinanzas

Intentamos adivinar las intenciones de los demás cuando ni siquiera conseguimos interpretar bien las nuestras. 

C.M.SB.

¿?


lunes, 12 de septiembre de 2022

El pasmo de cada despertar

Al terminar la jornada laboral, su ánimo se amoldaba nuevamente a la indolencia, a esa sensación placentera de ser dueño de las horas, al sabor dulce de la libertad. Tanto era así que, cada mañana, el despertador siempre le pillaba por sorpresa. Sí, con cada amanecer, con auténtico pasmo, debía recordarse a sí mismo que su verdadera naturaleza no casaba en absoluto ni con la realidad ni con el orden de los días.  

C.M.SB.

¿?


domingo, 11 de septiembre de 2022

sábado, 3 de septiembre de 2022

A tu lado

Suena el teléfono. 

Tú estás en un lado de la ciudad.

Él, en otro.

Le cuentas que, entre los árboles del paseo, asoma el atardecer.

Él, desde ese otro lugar, también lo ve asomarse entre los edificios.

Parecen montañas, te dice, pero son nubes.

Qué bien te suenan esas palabras.

Tan bien que necesitas escribirlas.

Para que perduren, para que se queden aquí, en este espacio, a tu lado.

C.M.SB.

Fotografía: C.M.SB.