viernes, 31 de diciembre de 2021

¡Feliz 2022!

Nuevos días y nuevas alas.

Otras historias.

Un año más, distintas rutas.

Nuevas incertidumbres.

Los mismos deseos.

Otro amanecer.

C.M.SB.

¿?




miércoles, 29 de diciembre de 2021

martes, 28 de diciembre de 2021

La rama

Nunca permitió que podaran la rama. Al contrario, abrió su ventana para que pudiera entrar. Y la rama, agradecida, siguió creciendo dentro de su cuarto. Cuando la movía el viento, alborotaba el pelo del niño raro con sus dedos largos. Y cuando se secaban sus hojas, las dejaba caer sobre la alfombra para que el niño las guardara entre las páginas de sus libros con la esperanza de que las historias quedasen grabadas en ellas y, así,  un día, los cuentos pudieran volar. La rama trajo a la habitación el olor del bosque, la certeza de los brotes que volverían a nacer en primavera, el juego de sombras en una tarde de sol. La rama trajo también un nido y el nido, a los pájaros que, en cada amanecer, contaban al niño sus viajes para invitarle a descubrir el mundo y soñar. 

C.M.SB.

¿?


jueves, 23 de diciembre de 2021

Memoria

Paseas en la mañana y, mientras caminas, recuerdas aquellas Navidades de tu infancia. Sin esfuerzo alguno, sientes el calor de la estufa en la cara, te asomas al castillo de Herodes y notas en tus manos el cosquilleo del espumillón. Echas la mirada atrás y te ves con tu hermana en aquel cuarto en el que jugabais con una enorme caja de cartón. Era la misma que había contenido la cesta de Navidad de  tu padre. Aquella caja hacía las funciones de coche o de casa de muñecas. Era la misma que habíais abierto con impaciencia, más admiradas por el propio cartón que por su contenido. En él veíais miles de posibilidades. Oyes los villancicos de entonces y saboreas los turrones y el mazapán. Nunca se ha vuelto a repetir aquel sabor. Paseas y te da la sensación de estar andando por las mismas calles que recorrieron tus pasos de niña y, sin casi darte cuenta, vuelves a detenerte frente al escaparate de aquella juguetería situada en la Calle Mayor. Recuerdas aquella muñeca que te miraba desde el otro lado del cristal, prometiéndote que viajaría hasta los pies de tu cama en la noche de Reyes. Paseas en la mañana y te adentras en tu memoria.

C.M.SB.

Ilustración: Ferrándiz


martes, 21 de diciembre de 2021

Abierto

Amanece y abres los ojos y las persianas.
Abres el grifo y los armarios.
Abres las puertas para salir o para entrar.
Abres el ordenador, la bandeja de entrada, un espacio en blanco en el que comienzas a escribir.
Abres la boca y bostezas.
Abres tu mente al día, a lo que traiga.
Abres la ventana y dejas que pase el aire.
Es fresco, como la nueva mañana, como la sensación de que todo vuelve y empieza. 

C.M.SB.

¿?


lunes, 13 de diciembre de 2021

Luces

Paseas en estas tardes que se hacen noche muy pronto. Caminas por las calles habituales. Conoces lo que hay unos pasos más allá. Te son familiares los escaparates, los pasos de cebra, las fachadas de las casas y sus jardines. También las ventanas. Esas en las que hay una luz encendida. Las observas mientras andas. Cada una tiene su propio tono, su propia calidez. Avanzas y sientes el frío en la cara y, por contraste, te da la sensación de que te recorre algo del calor que hay al otro lado de los cristales iluminados. A través de cada ventana, ves un retazo del cuarto al que pertenece. Ahí ves un fragmento de estantería, allá la esquina de un cuadro, la hoja de una puerta, la silueta de alguien moviéndose por la habitación. Imaginas la quietud de los muebles, el ambiente caldeado por la calefacción, las sombras proyectándose en el suelo, las pisadas amortiguadas por las alfombras o por las suelas de unas zapatillas de andar por casa. Bajo tus pies hay humedad y hojas aplastadas. Por un instante, desearías que tus zapatos se despegaran del asfalto, extender los brazos y planear lentamente para asomarte a todas y cada una de esas vidas que se anuncian con focos y que, sin embargo, no están al alcance de tu mirada. Cuántas historias descubrirías bajo esas luces, cuántas sorpresas, cuántos misterios guardados en esas calles que a veces crees conocer. 

C.M.SB.

¿?


viernes, 10 de diciembre de 2021

Desencuentro

Terminas ese libro que tanto te ha costado terminar. Su título se sumará a una lista (afortunadamente, no muy larga) de desencuentros. Apenas empezado, intuiste que poco o nada había que hacer. Puede que no eligieras el  momento idóneo o quizás ese libro no fue escrito para ti. En cualquier caso, nunca os entendisteis. Sus páginas jamás te atraparon. Por más que querías retenerla cerca del papel, tu mente volaba muy lejos de las palabras. Solo de vez en cuando lograbas aterrizar en un párrafo, en una frase. En esos brevísimos instantes, vivías el placer de un pequeño triunfo, la sensación engañosa de tomar tierra, la euforia de escuchar realmente una historia. Emociones fugaces. Un minuto después, tu propia voz, tus propios pensamientos inconexos se hacían dueños del silencio. Así, acumulando derrotas, has llegado al final. Al cerrar el libro, con una mezcla de alivio y tristeza, has sabido que lo hacías para siempre.

C.M.SB.

¿?


miércoles, 8 de diciembre de 2021

Todos lo sabían

Excepto él, todos lo sabían.

Lo sabían sus amigos de tertulia, que callaban cuando hablaba su voz.

Lo sabían los ojos de Olivia cuando se hacían espejo de sus palabras, del ritmo de sus pasos, de la musicalidad de sus gestos.

Lo sabían los ríos y las nubes, el viento y las estrellas, los paisajes helados del invierno y las flores de la primavera.                                                                

También lo sabían la esperanza y la utopía, las dudas y la nostalgia,  los deseos imposibles, las noches silenciosas, el eco de las preguntas que buscaban respuestas.

Lo sabían sus dedos, que se movían impacientes ante la cercanía del papel y la tinta.

Excepto él, todos sabían que era un poeta.

C.M.SB.

¿?


martes, 7 de diciembre de 2021

El asalto

Hacía tiempo que no ibas a la biblioteca y hoy, aprovechando el hueco que te ofrecía la mañana, has ido a reencontrarte con las voces que allí habitan. Y, a medida que te adentrabas en el laberinto de estanterías, sentías que los latidos de tu corazón se aceleraban, casi hasta cortarte la respiración. Las palabras te asaltaban por todos los flancos, las que te invitaban a leer y las que te reclamaban ser escritas. Y, como siempre, te ha entrado la urgencia de adentrarte en las historias, las que otros inventaron y las que bailan en tu mente. Ojalá halles pronto el momento de calmar tus latidos, de echar a un lado lo que te distrae para dejarte ir, para rendirte sin concesiones al asalto de las palabras.

C.M.SB.

¿?



domingo, 5 de diciembre de 2021

Etiqueta

El niño raro se colgó una etiqueta de la solapa. Luego, tocó el timbre y se adentró en la fiesta. Eligió el sitio más cercano a la ventana y allí estuvo sentado hasta el final. Fueron muchos los que se inclinaron para leer las palabras que colgaban de su pecho. Sin necesidad de formularlas, las preguntas hallaban respuesta en ese papel. Así que, en completo silencio, todos se alejaban deprisa para ir en busca de pasteles y juegos. Mientras, el niño raro no apartaba la mirada de los cristales. Tras ellos volaban los pájaros. En cada uno de sus giros, en cada una de sus piruetas, había una invitación. Los ojos del niño brillaban al imaginarse en pleno vuelo, arrancada su etiqueta por el viento, perdidas para siempre todas las respuestas. 

C.M.SB.

¿?