martes, 26 de mayo de 2020

sábado, 23 de mayo de 2020

Sin miedo

Miras la imagen y te sientes sobrecogida. No es fácil imaginar qué puede sentir la persona que bucea bajo el iceberg. Y te preguntas qué clase de valentía es la que se necesita para enfrentarse a esa soledad, a la negrura de las aguas, a la inmensa mole que flota sobre un cuerpo tan pequeño e indefenso. Intentas imaginar qué sonidos reinarán en esas profundidades. Tal vez el crujido doliente del hielo o quizás el aliento de una caracola gigante pegada al oído. Observas con atención ese pedazo de vida recogido en la imagen y sabes que, más allá de los límites del encuadre, se extiende un horizonte imposible de abarcar, todo un universo poblado de secretos y misterios ocultos en la oscuridad. Sin demasiado esfuerzo, comparas el azul del agua con el de un cielo nocturno. Y la base del iceberg, con una nube de tormenta. Quien bucea podría ser un explorador espacial, un alma inquieta empeñada en ahondar en la belleza. Sin miedo.

C.M.SB. 



Fotografía: Tobias Friedrich

sábado, 16 de mayo de 2020

Un sueño interrumpido

El ruido que me despertó era leve, pero real. Se trataba sin duda del rasgueo de un lápiz sobre una superficie de papel. Sobresaltada, encendí la luz y allí estaba, sentado muy cerca de mi cama. Era muy pequeño y los pies no le llegaban al suelo. En el regazo tenía una libreta abierta. Las líneas escritas eran rectas y las letras, apretadas y diminutas. Sé que lo lógico hubiera sido preguntarle quién era y cómo había entrado en mi casa. Sin embargo, solo se me ocurrió pedirle explicaciones sobre lo que estaba escribiendo. Tus sueños, me contestó el niño raro. Tú siempre los olvidas y quizás, algún día, querrás recuperarlos. Duérmete, anda, me ordenó. La noche no ha terminado todavía y aún tengo que averiguar qué final le pondrás a este sueño interrumpido
Y, yo, sumisa, apagué la luz.

C.M.SB.

¿?



miércoles, 13 de mayo de 2020

martes, 12 de mayo de 2020

¿Qué me cuentas?

Hoy, en lugar de contar, me gustaría que alguien me contase. Sí, me gustaría encontrar en los comentarios historias bonitas, voces conocidas o nuevas. 
Quedo a la espera.
Impaciente.

C.M.SB.

¿?

sábado, 2 de mayo de 2020

La sonrisa de Laura

Antes de marcharse, el poeta escribió un verso en la pared, frente a la ventana a la que se asomaba Laura cada tarde, siempre a la misma hora.
Cuando llegó el momento y ella leyó aquellas palabras, apareció una sonrisa en sus labios. 
Luego miró al cielo y lo vio cubierto de nubes oscuras. 
La lluvia no se hizo esperar y Laura abrió la ventana.
El agua empapó su sonrisa, resbaló por la garganta y, como si de un pequeño riachuelo se tratase, se deslizó bajo la tela ligera de su blusa.
Después, durante días y semanas, lució el sol y alguien ordenó pintar la pared.
Así quedaría oculto para siempre el verso del poeta.
Sin embargo, una tarde regresó la lluvia.
Y, con ella, como si nunca las hubieran borrado, renacieron en la pared las palabras del poeta.
Igual que vuelven las flores en primavera.
Igual que regresó la sonrisa de Laura.

C.M.SB.

¿?