viernes, 30 de diciembre de 2022

Presencias

Los días se llenan de presencias. 

Presencias fugaces.

Presencias que consuelan y escuchan,

que aconsejan y hablan,

que ríen y abrazan,

que regalan y ofrecen, 

que recuerdan y callan.

Presencias que dan luz,

que destapan posibilidades,

que caminan a tu lado,

que sujetan y apuntalan.

Presencias que alivian y calman,

necesarias, imprescindibles.

Presencias presentes,

presencias futuras,

tan solo un quizás.

C.M.SB.

¿?



lunes, 26 de diciembre de 2022

La pluma

Aquella pluma, blanca, suave y ligera, proporcionaba la felicidad a quien jamás la dejaba ir. Así, desde hacía largo tiempo, Yusuf la sujetaba entre sus dedos con la esperanza de ser dichoso. Durante la noche, se la ataba con una cuerdecita para no perderla cuando el sueño se apoderaba de su cuerpo. El miedo a que se soltara apenas le dejaba descansar. Durante el día, hacía acopio de todo su ingenio para protegerla de cualquier golpe del viento. No era fácil llevar a cabo sus tareas sin soltar jamás la pluma y sus movimientos se hacían cada vez más torpes y rebuscados. 
Pasaban las semanas y los meses y Yusuf languidecía. Pero, cuando su ánimo se veía derrotado y sus esperanzas frustradas, se repetía que debía tener paciencia. Que, si persistía y no se daba por vencido, en algún momento la pluma le traspasaría todo su poder. 
Un día, camino del mercado, un hombre que andaba distraído tropezó contra Yusuf con tal fuerza que le derribó. Instintivamente, para frenar el golpe, Yusuf abrió la mano antes de caer al suelo. La pluma se escapó entre sus dedos. El muchacho maldijo al hombre y gateó para intentar atraparla. 
Con desesperación, vio que un niño la había cogido y que, depositándola en la palma de su mano, soplaba con gran empeño para hacerla volar. 
La pluma, blanca, suave y ligera, se elevó en el aire. La brisa aún la ayudó a subir más. 
Con las pocas fuerzas que todavía le quedaban, Yusuf corrió tras ella con los brazos extendidos, pero la pluma, por fin libre, seguía alejándose en dirección al cielo. 
Yusuf cayó de rodillas cuando comprendió que la pluma estaba fuera de su alcance. Y, así, de rodillas, lloró amargamente. Lloró hasta que sus lágrimas se agotaron, hasta que su corazón quedó vacío y limpio de todo pesar. Fue entonces cuando logró ponerse en pie. 
Yusuf secó su rostro y levantó los ojos. La pluma había desaparecido de su vista, perdida quizás entre las nubes blancas de la mañana. 
El muchacho echó a andar y, por primera vez en mucho tiempo, en su pecho se encendió un pequeño destello de felicidad.

C.M.SB. 
¿?


jueves, 22 de diciembre de 2022

Felices fiestas

Mi homenaje a Ferrándiz y a todas las Navidades felices. Ojalá esta lo sea para ti.

C.M.SB.


Ferrándiz

 

jueves, 8 de diciembre de 2022

Pies fríos

Un paseo bajo la lluvia.

El recuerdo de unos pasos junto a los míos.

Vuelo de campanas y de palomas.

El chapoteo de los patos junto a la cascada.

Hojas que caen sobre las hojas caídas.

Pies mojados y fríos.

Un parque solitario.

La incertidumbre de una espera.

El anhelo de otro momento.

El refugio seguro de las palabras.

C.M.SB.

¿?



miércoles, 7 de diciembre de 2022

Fantasías

Partir del mismo punto: los mismos pies, el mismo rostro, el mismo espíritu, igual corazón, la misma inteligencia y la misma persona. Y poder desplegarse para recorrer siete caminos diferentes, siete opciones distintas, siete alternativas que en nada tuvieran que ver entre sí. Y, tiempo después, llegar al final de los siete recorridos el mismo día, a la misma hora, con la puntualidad de quien acude a una cita ineludible.  Y cada una de las siete versiones de uno mismo contar al resto cómo andan el espíritu y el corazón después de seguir uno de los siete caminos. Y decidir - si existe- cuál fue el mejor itinerario en la vida. 

C.M.SB.

Fotografía: Vivian Maier


sábado, 3 de diciembre de 2022

Cuatro destinos, una espera

Esas cuatro mujeres esperan. E inevitablemente despiertan preguntas. ¿Qué o a quién aguardan? Ganas dan de ampliar la imagen, de estirar el margen derecho, de abrir del todo el telón para ver lo que hay más allá, fuera del alcance de nuestros ojos. Quizás se trata de una estación. Tal vez está a punto de llegar un autobús. Es posible que las cuatro vayan a emprender un viaje y que cada una piense en lo que encontrará en su nuevo destino. Quizás las cuatro sienten la misma inquietud, el mismo cosquilleo en el estómago. ¿Será la sensación de incertidumbre la que las mantiene tan cerca de ese muro tan alto, tan sólido, tan protector? Quién sabe si han elegido ese lugar para impedirse dar un paso atrás.

C.M.SB.




Fotografía: Vivian Maier