martes, 31 de mayo de 2022

Último recuento

El mes se despide con un revuelo de golondrinas, con la luz del sol resbalando sobre las piedras de la iglesia, con un parpadeo de velas de artificio, con canciones que suenan a antiguas, con las pisadas que recuperan las huellas de veranos que ya quedan lejos.

El mes se despide a través de rostros en los que se marca el paso de los años, de palabras que salen del fondo de la memoria, del verde que aún perdura en los campos que bordean la carretera, del rojo de las amapolas que se contonean con el viento de la mañana. 

El mes se despide con el fresco de las primeras horas y el calor del mediodía, con nombres que rara vez se rescatan del olvido, con el canto de los pájaros y el silencio de las tapias con parra, con esa sensación de un domingo que no es.

El mes se despide. 


C.M.SB.

¿?


lunes, 30 de mayo de 2022

Otro día

Aquel lunes no supo que sería la última vez que oiría su voz. Por ese error frecuente, por esa confianza tan habitual y tan poco fundamentada, creyó que habría muchas más ocasiones de hablar, incluso de tomar ese café pospuesto una y mil veces.
A pesar de la lógica aplastante de los hechos inesperados, de la fatalidad de que lo que menos deseamos acaba sucediendo, se concedió un plazo de tiempo indefinido para volver a marcar su número de teléfono.
Cuando aquella mañana supo que jamás volvería a hablar con ella, lamentó no poder retroceder a través de las hojas del calendario y rectificar.
Impotente y dolorida, se prometió no dilatar los encuentros, no callar lo que debía ser dicho, no apoyarse más en el ya llegará el momento, no ceder nunca más ante la pereza o ante esa falsa certeza de que el futuro nos traerá otro día, otra oportunidad.

C.M.SB.
¿?


sábado, 28 de mayo de 2022

AMOR

Las palabras aparecen de una en una. Cada mañana, Adela las encuentra en su buzón. Quien las elige parece adivinar cuál es la que ella necesita encontrar cada día. Durante meses, Adela vigila el portal con la esperanza de sorprender a quien las escribe. Sin embargo, pasado el tiempo, tan solo tiene una vaga sospecha. Hay un no sé qué en la mirada del vecino del quinto.
Por primera vez, Adela se anima a arriesgar. Coge papel y bolígrafo y escribe la palabra juego. Después, sigilosamente, baja al portal y lanza su mensaje al buzón del principal sospechoso.
Al día siguiente, casi sin aliento, Adela lee la palabra que la aguarda. Sus labios se abren en una inmensa sonrisa.
Desde ese instante, casi por casualidad, el vecino del quinto se asoma a la ventana en el momento en el que Adela tiene por costumbre regar sus plantas. En su mirada sigue habiendo un no sé qué.
Adela no acierta a descifrar esos ojos, pero ahí están las palabras. Ella las sigue contestando cada mañana, con la esperanza de que, un día, los dos decidan escribir la misma.

C.M.SB.

(Segundo premio en el III Certamen de Microrrelatos de la Biblioteca Municipal de Guadalajara, 2022)

¿?


martes, 17 de mayo de 2022

Palabras para hoy

Podemos viajar por el planeta y no ver. Ningún viaje vale más la pena que el que nos lleva a nosotros mismos.

(Anabel González)

¿?


domingo, 15 de mayo de 2022

Ánimos

Mientras caminas, el sol se asienta en tu cabeza y, bajo su calor, bullen las ideas. Y el viento, que se mueve a suaves ráfagas, parece extender su mano para darte empujoncitos en la espalda. Como si quisiera animarte a seguir dando pasos, a continuar andando e ir al encuentro de tus sueños. 

C.M.SB.

¿?