domingo, 30 de diciembre de 2012

Párrafos para recordar (segunda entrega)...

Esta madrugada es la primera del mundo. Este color de rosa que se amarillea y pasa al blanco ardiente, nunca se posó así en el semblante con que, por el oeste, el caserío encara lleno de ojos de vidrio el silencio que viene en la luz creciente. Nunca hubo esta hora, ni esta luz, ni este ser mío. Mañana, lo que fuere, será otra cosa, y lo que yo vea será visto por ojos recompuestos, llenos de una nueva visión.

Libro del desasosiego
(Fernando Pessoa)



martes, 25 de diciembre de 2012

Quién sabe...

[...] nos levantamos con la esperanza de encontrar, tal vez hoy, este nuevo día en que podría acontecer cualquier cosa, absolutamente todo.

Las horas
(Michael Cunningham)


sábado, 22 de diciembre de 2012

Hoy el mundo sigue girando, así que...

¡FELICES FIESTAS A TODOS!



Ilustración de Ferrándiz



sábado, 15 de diciembre de 2012

Confidencias...


Las confidencias bajo el paraguas se convirtieron, poco a poco,  en suaves ronroneos.
(C.M.SB)



viernes, 14 de diciembre de 2012

DOS SOLES
Doña Lourdes, (¿la recuerdas?) me indicó que ocupara el asiento vacío que estaba justo a tu lado. Tú no me miraste, concentrada como estabas en buscar una hoja en el desorden de tu archivador. La clase continuó como si nada la hubiera interrumpido. Por fin encontraste un papel en blanco y lo deslizaste hasta mi mesa. Entonces, desplegaste ante mis ojos la variedad de colores que guardabas en tu caja de pinturas. Durante largo rato, dibujamos a dos manos. Yo coloqué un sol amarillo en un extremo. Tú, uno violeta. Aquello nos hizo reír. Acababa de nacer nuestra amistad, un mismo paisaje bajo dos soles distintos.
Publicado en "Amigos para siempre" (Editorial Hipálage).
(C.M.SB)


jueves, 13 de diciembre de 2012

Caracol, col, col ...


“…Sin saber cómo ni por qué, el caracol que vivía en el geranio de la ventana del señor Garrigós apareció en Nueva York. Esto no llamaría la atención si dicha ventana también estuviese en Nueva York o en los alrededores; pero como no era el caso, porque la ventana estaba a orillas del Mediterráneo, en Alicante, España, pues la llama. El señor Garrigós y el caracol se conocieron en el campo una mañana brumosa; ambos lo recordaban como si fuera ayer…”.






















domingo, 9 de diciembre de 2012

jueves, 6 de diciembre de 2012

Párrafos para recordar (primera entrega)...

Cuando, después del té, cerróse la puerta y quedó todo muy abrigado (porque las noches eran entonces frías y brumosas) me pareció aquel interior el retiro más delicioso que la imaginación humana podía concebir. Oír cómo se levantaba en el mar el viento, saber que la niebla avanzaba reptando por la llanura desolada que nos rodeaba, contemplar el fuego pensando en que no había por allí sino aquella casa, que en realidad era una embarcación, resultaba una cosa de cuento de hadas.

David Copperfield (capítulo III)
Charles Dickens

Charles Dickens

sábado, 1 de diciembre de 2012

Una historia para compartir...

Siempre un poco sorda, un poco ciega


Hace poco viajé a Edimburgo por cuestiones de trabajo y tuve tiempo para hacer un poco de turismo. En el mismo día, y en menos de cinco horas, me topé por casualidad con tres curiosidades. La primera, la tumba de Bobby, un pequeño y lanudo skye terrier del siglo XIX. Fue el perro de un sereno llamado John Gray; vivieron juntos y presumiblemente felices durante dos años, hasta que el hombre murió. Entonces el perro se instaló sobre la tumba de su amo y no hubo manera de echarlo, aunque los guardianes del cementerio de Greyfriars, hoy en el centro de la ciudad, lo intentaron repetidas veces. Al final, compadecidos ante esa muestra de fidelidad, lo dejaron estar y, con el tiempo, hasta le construyeron un pequeño chamizo y lo alimentaron. Bobby se pasó 14 años sin moverse de la tumba; cuando murió en 1872, a la avanzada edad de 16 años, lo enterraron a la entrada del cementerio y pusieron una lápida todavía visible. Fuera, en la puerta del camposanto, hay una bonita fuente con la efigie del perro en bronce.

Rosa Montero
(El País Semanal, 25 de noviembre de 2012)