martes, 30 de diciembre de 2014

Tesoros de saldo

El otro día, visitando un mercadillo navideño, vi un puesto de libros donados. Podías coger uno o varios y echar la voluntad en una hucha para fines benéficos. La mayoría eran clásicos, manuales obsoletos, premios literarios de certámenes muy modestos o infantiles de otro tiempo. No sé por qué elegí uno de estos últimos, una publicación danesa de 1971:  Susy y Solveig, de Gretha Stevns. No lo conocía de nada, pero me recordó a otros libros de mi infancia: aquellas colecciones de Los Cinco, Los Hollister, Puck...  
Me pregunto a quién pertenecería este volumen. Supongo que a alguien menos nostálgico o más generoso que yo. Jamás me desprendería de aquellas historias que tanto me ayudaron a amar la lectura. Sería como deshacerse de un tesoro.
C.M.SB.



domingo, 28 de diciembre de 2014

Hamburguesa-estrés

Estás en la fila. Ves que te va a tocar de un momento a otro. Miras los paneles luminosos. Repasas el pedido mentalmente. Una chica con visera te apremia con una sonrisa forzada. Recitas el pedido, pero titubeas un instante. La chica te fulmina con la mirada. Le estás haciendo perder un segundo. El corazón se te acelera, rectificas y a punto estás de pedir perdón con gesto avergonzado. La muchacha teclea a velocidad de vértigo y te extiende un vale que casi vuela por los aires. Te apartas a un lado y, antes de que puedas reaccionar, otra chica con visera canta el número que te corresponde. Recoges la bandeja y buscas desesperadamente una mesa vacía. Una vez sentado, respiras con cierto alivio. Sin embargo, la calma dura poco. Abres los envoltorios, echas el ketchup de cualquier modo y te pones a comer a dos carrillos, a mordiscos frenéticos. Te has contagiado de la prisa, de esa que se huele nada más traspasar las grandes puertas de cristal. La hamburguesa está rica, pero tiene un regusto a estrés.
C.M.SB.




jueves, 25 de diciembre de 2014

¡Buena idea!

Todas las mañanas
dibujaban soles
para sus caminos.

Caminanditos
Mª Cristina Ramos / Elisa Arguilé



martes, 23 de diciembre de 2014

Felices fiestas...

a todos los que visitan, han visitado o visitarán este blog (también a los que no lo visitan, ni lo han visitado ni lo visitarán). 
Felices fiestas a los que adoran las Navidades y a los que las detestan (no suele haber término medio).
Felices fiestas a los que quiero.
Felices fiestas a pesar de todo, incluso a pesar de las ausencias.
C.M.SB.

Ferrándiz




lunes, 22 de diciembre de 2014

Las voces de esta mañana

Esta mañana, mientras iba de un lado a otro de la casa haciendo mil tareas pendientes, he puesto la tele para oír de fondo las voces de los niños de San Ildefonso. Ni siquiera prestaba atención a los números que cantaban. Simplemente les quería oír y recordar aquellas mañanas de mi infancia, cuando la radio, instalada en la cocina, me despertaba para anunciarme que todo el país estaba pendiente del gordo, para decirme con voces distintas pero siempre iguales, que la Navidad había empezado. 
C.M.SB.


domingo, 21 de diciembre de 2014

Búhos y alondras

Dicen que, según el horario que prefieras, o eres búho o eres alondra. Sin duda alguna, me encuentro entre los búhos. Me gusta la noche. Verla desde una ventanilla o a pie de calle. Observar el ir y venir de la gente cuyo rostro apenas se intuye, los escaparates iluminados, las casas encendidas tras las cortinas, los carteles de neón proyectados sobre las aceras, los faros de los coches incendiando la ciudad... Te paras en un semáforo y ves a esa mujer trabajando en una tintorería. Va de manga corta y está envuelta en el humo de las máquinas. Imaginas su calor a pesar de las bajas temperaturas propias de la estación. Está sola, concentrada en su trabajo, con la mente puesta en doblegar una arruga o a saber en qué otro pensamiento. Su tarea debe de ser dura, rutinaria, y sin embargo, algo en ella te hace creer que está bastante satisfecha. Quizá sea su forma de moverse, la energía de sus gestos. Pisas el acelerador y el coche te va llevando. Ves a grupos congregados alrededor de la barra de un bar, charlan, sostienen un vaso en las manos, sonríen o ríen abiertamente, viven ese instante en la noche que tanto amamos los búhos.
C.M.SB.

Aldo Deep Red

sábado, 20 de diciembre de 2014

El gusto de contar

No importa cómo escribo: importa qué. Importa no enmudecer en el camino. Con humildad quiero escribir, levantada en la mano del deseo, jugando. Quiero escribir como cuando platico, sin tregua y sin mirarme demasiado. Puesta sólo en la historia, sólo en el gusto de contarla para que alguien quiera leerla. 
La emoción de las cosas
Ángeles Mastretta


viernes, 19 de diciembre de 2014

domingo, 14 de diciembre de 2014

La puntualidad de los gorriones

La campana anunció que el recreo había terminado. Unos corriendo, otros aferrándose aún al juego, los niños fueron entrando por la puerta que les conduciría al aula. Cientos de ojos les vigilaban desde una cierta distancia. 
Cuando el patio quedó vacío, la bandada de gorriones aleteó hasta el suelo y las migas de pan desaparecieron en un instante. Después los pajarillos emprendieron el vuelo con el mismo jolgorio con el que habían desaparecido los niños. 
Cada mañana, de lunes a viernes, se repetía la escena con idéntica puntualidad, con la misma insistencia con la que tocaba la campana.
C.M.SB.


domingo, 7 de diciembre de 2014

Regalo inesperado

De repente, alguien que no esperas te hace un regalo que tampoco esperas. Le miras a los ojos y ves la ilusión bailando allá al fondo, la certeza absoluta de haber acertado con tus gustos. Entonces sientes que la palabra gracias se te queda pequeña en los labios. 
C.M.SB.