martes, 11 de agosto de 2015

Viaje de ida y vuelta

Hoy, a la hora de mi imprescindible café, he entrado en uno de esos bares de toda la vida, uno de esos establecimientos que han formado parte del paisaje de siempre, no de forma ritual, pero sí de manera esporádica, uno de esos locales anclados en el pasado, de banderín y calendario chillón, de ensaladilla rusa casera y de mesas de formica, de esos sitios a los que llegarías con los ojos vendados y sin embargo nunca recuerdas su nombre. Pues bien, mientras esperaba a que me sirvieran el ineludible brebaje, mi oído ha reparado en las palabras salidas del televisor. La voz era inconfundible y estaba asociada a unos años que apenas me rozaron. No ha hecho falta desviar la mirada. Sabía que en la pantalla estaban proyectando imágenes del NO-DO. He pagado el café o lo que es lo mismo un billete que me ha permitido viajar en el tiempo.

C.M.SB.


2 comentarios:

  1. "Mi reino por un café".
    Lo conozco.
    Me gusta.
    ... hay que tener memoria histórica
    para no olvidarla.

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  2. Es cierto. El olvido induce a cometer los mismos errores del pasado. Es muy sano recordar, incluso aunque duela.

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