Suena el despertador y,
de pronto, el verano queda atrás. Las vacaciones se alejan del
pensamiento y la normalidad se acomoda en nuestra vida. Los días
han transcurrido con un paso muy ligero. Unas cuantas fotografías
nos recuerdan un viaje, unos momentos que no se repetirán,
lugares a los que quizá volveremos siendo ya otros, instantes
pequeños que han quedado atrapados en nuestro álbum
particular. El otoño se impacienta y se anuncia cada noche con
un viento que empieza a ser frío. También él nos
traerá nuevas imágenes, nuevas experiencias, alguna que
otra sorpresa... Y sus hermosos colores.
(C.M.SB)
(C.M.SB)
Zarautz-julio 2012 |
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