EL SABOR DE LA
FELICIDAD
Un
día, apareció en mi vida un personaje minúsculo.
Me aseguró que era portador de grandes venturas y, acto seguido, se lanzó
hasta el fondo de mi copa. No sé qué se apoderó
de mí, pero debo confesar que la apuré de un solo
trago. Desde entonces, en el momento más inesperado, vuelve a
mi boca el sabor de la felicidad.
(C.M.SB)
(C.M.SB)
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