lunes, 15 de julio de 2013

UN RATO PERFECTO

Pocas cosas me saben tan bien como un cafetito a media mañana. Y si va acompañado de un pincho de tortilla, mejor aún. Hoy, mientras tomaba ambas cosas, a un paso del parque más bonito de la ciudad, me he visto en un segundo rodeada de gorriones a la espera de lo que les pudiera caer. Les he lanzado migas de pan y, poco a poco, han ido cogiendo confianza. En especial, uno, el más intrépido. Primero se ha encaramado en el respaldo de la silla que estaba a mi lado. Después, se ha atrevido a dar saltitos por la mesa, acercándose cada vez más a mi mano. Finalmente, se ha subido al borde del plato y, sin esperar a que yo se las diera, ha picoteado las migas que aún quedaban. Me miraba con ojillos descarados, ladeando la cabeza. Luego, ha levantado el vuelo y mi pensamiento ha volado con él. Un rato perfecto.
(C.M.SB)


¿?


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