viernes, 12 de julio de 2013

RECOMENDACIÓN

Las manos de mi abuela eran dos nidos tibios
donde volvíamos
luego del vuelo por los sauces y los limoneros.

Y cuando se van los días que sin querer se llevan con ellos
el tiempo de los pájaros,
sigo las migas de pan con las que marcamos el sendero
desde la puerta de casa
hasta el corazón de los árboles.

Vuelvo por él
a las horas en las que el sol brillaba al alcance de la mano.

Vuelvo al tiempo de las maravillas.

El idioma secreto
(María José Ferrada)
Faktoría K de Libros.


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