sábado, 11 de septiembre de 2021

Vivir del cuento

Si existe una explicación, tú no sabes encontrarla. ¿Por qué de pronto se abren paso en tu mente unas palabras concretas? ¿Por qué esas desplazan a otras y se abren paso a codazos en tu pensamiento? ¿Por qué te piden que escribas sobre ellas, que te detengas y les dediques un rato, un espacio? Si existe un motivo, todavía no has dado con él. El caso es que esa expresión tan peyorativa como es la de vivir del cuento se sentó hace unos días en tu cerebro y, hasta este instante, sigue ahí, inamovible, con gesto exigente, con un mohín que no deja lugar a dudas. Desde hace días te reclama tu tiempo, el movimiento veloz de los dedos sobre el teclado, ocupar esta ventana, reinar en esta hora exacta de la noche. Y tú, rendida a su tozudez, has claudicado y ahora buscas las palabras adecuadas para complacerla, para conseguir que se levante y que siga su camino, para que deje libre su asiento y puedan ocuparlo otras historias, otras miradas. Y sí, tienes que darle la razón. ¿Por qué vivir del cuento se asocia a la vagancia, a vivir del engaño, a aprovecharse de los demás? ¿Por qué no se relaciona con una forma de vida dedicada a inventar aventuras, a hacer soñar, a imaginar personajes y destinos, a construir mundos que ayuden a escapar de la realidad o a comprenderla mejor? Sí, le das la razón y entiendes que ande por ahí enfurruñada. También tú te enfadarías en su lugar. Porque no concibes que haya nada más bello que vivir de contar. 

C.M.SB.

¿?


1 comentario:

  1. Efectivamente suena mofa lo de “ vivir del cuento”, sería mejor considerarlo positivo de contar cuento👏

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