sábado, 11 de julio de 2020

Invitación

Como cada mañana, pasas delante de esa piscina rebosante de agua y vacía de personas. Como si te invitasen con voz silenciosa, las ondas azules se bambolean con la brisa ligera de las primeras horas del día. Parecen un montón de manos que se abren y se cierran en un gesto común. Como si te dijeran muy bajito ven, ven. Sin demasiado esfuerzo, imaginas el frescor en la piel, el impulso de los brazos, el movimiento de las piernas, el placer de recuperar el aire después de haber tocado con los dedos el fondo de ese azul limpio. 
Continúas tu camino y la piscina vacía queda atrás. Sabes que el agua se seguirá meciendo durante las horas lentas del verano, llamando con voz queda a cada paseante, esperando pacientemente al audaz que detenga sus pasos y grite allá voy.

C.M.SB.



¿?

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