viernes, 5 de julio de 2019

Arrebato

Rescatas una planta cuyo futuro es incierto y, durante días, la mantienes en agua en tu jardín. Hasta que llega el arrebato y, con el calor de las primeras horas de la tarde, te diriges al camino de los árboles, a la zona que viste arder con dolor. Eliges la sombra de un tronco oscurecido por el fuego y cavas con dificultad. La tierra es muy dura. La observas con cierta aprensión porque te parece poco acogedora. Aun así, entierras la raíz y la cubres. Luego, echas agua y contemplas el resultado. Cuando te incorporas, tienes el cuerpo cubierto de sudor. De pronto, las ramas se agitan y el viento se cuela entre tu ropa. Cierras los ojos y agradeces la sensación de alivio. Las hojas se contonean y cuchichean con sus voces verdes. Entonces te aferras a la idea de que están confabulando para cuidar de tu planta, para vigilar que crezca y busque el sol. 

C.M.SB.

¿?

2 comentarios:

  1. Bien hecho ...
    esto de plantar una planta ...
    . pero, ¿sabes que planta
    has plantado, plantando una planta?

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  2. Sí, lo sé. Hoy he ido a verla y la he regado. Allí seguía, intentando agarrarse a la tierra para vivir. Gracias por comentar.

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