jueves, 29 de mayo de 2014

El placer de viajar

A cada libro que he leído le debo algo. Al que acabo de terminar, Enigmas con jardín (José Luis García Martín), le debo el placer de viajar. A través de sus páginas he surcado el mar a bordo de un barco-escuela, he paseado por ciudades y he pisado sus plazas. He entrado en iglesias y me he sentado junto a la tumba de Borges y Calvino. He entrado en jardines escondidos y he conocido a sus extraños habitantes. He acariciado la piel suave de los gatos y he intentado adivinar su misterio. He conocido a otros viajeros solitarios y he conversado con ellos. He descubierto versos y he deseado descubrir más.
A Enigmas con jardín le debo momentos de quietud, de lectura acompañada de música francesa. Le debo ratos alumbrados por el primer sol de la mañana o desteñidos por las primeras gotas de lluvia. Le debo la felicidad de mirar el reloj y comprobar que el tiempo me regalaba unos minutos más para hacer una nueva escala en ese viaje que, sin ser mío, me pertenecerá para siempre.
C.M.SB.


3 comentarios:

  1. Jj
    Ose luis garcia martin me suena. Pero con ese fondo verde que has puesto no veo nana y es muy inc,omodo.

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  2. Nada. Que debían ser los enigmas de mi ordenador y salían cosas raras.

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