domingo, 15 de noviembre de 2020

Sola

Paseas a primera hora de la mañana. Sola. Parece que nadie más ha madrugado hoy. Observas las persianas echadas e intuyes los rostros dormidos, esas vidas en pausa. Mientras, el día sigue su curso, ajeno a lo que esperamos de él. Gorriones y palomas vuelan con absoluto desparpajo, como si el mundo fuera enteramente suyo. Las hojas caídas, mojadas por la lluvia de ayer, se pegan al suelo, agarrándose con empeño al paisaje de la ciudad. Contemplas las ramas de los árboles. Son manos de muchos dedos, dedos retorcidos y esbeltos. Da la sensación de que se hunden en el cielo gris. Como si quisieran abrirlo para desentrañar todos los misterios que hay más allá, en esa realidad que se esconde siempre ante nuestra mirada.

C.M.SB.

Fotografía: C.M.SB.


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