Esas arrugas podrían ser surcos abiertos en la tierra, líneas de la vida en la palma de una mano, itinerarios de metro en un plano, avenidas en un callejero, caminos trazados en la espesura de un bosque, cadenetas bordadas en una sábana o grietas en el muro de un edificio que soporta el transcurrir de los siglos.
Ella mira hacia otro lado, evitando la indiscreción de nuestros ojos, dejando en libertad a nuestra imaginación. En sus labios se apunta una sonrisa. Solo ella conoce los secretos guardados en los pliegues de su piel.
C.M.SB.
Fotografía: Bastiaan Woudt |
bonita descripción.
ResponderEliminarGracias y hasta pronto.
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