sábado, 25 de abril de 2020

El columpio vacío


Al niño raro le gusta balancearse en el columpio del parque. Cuando no hay nadie, cuando la mañana es solo para él.
Flexiona las piernas y se impulsa para llegar a lo más alto, a ese punto en el que parece que va a salir volando, muy lejos de la ciudad.
Cuando está arriba, tiene la visión fugaz de un mundo que en nada se parece al que ha dejado abajo. Ese mundo, ese paisaje infinito de nubes, ese azul que viene y va, le atrae con tanta fuerza que decide abrir las manos.
El niño raro, definitivamente arriba, observa sin dolor el columpio vacío que aún se balancea en la soledad del parque.


C.M.SB.

¿?

2 comentarios: