miércoles, 8 de enero de 2020

¿Qué tal?

Te incorporas a la rutina de los días y vuelves a encontrarte con las mismas caras de siempre. Son obligados los dos besos, la felicitación del año nuevo, la sonrisa.  Y la pregunta. Esa que se formula sin pensar, sin dar apenas tiempo a que el otro responda con un bien apresurado, dicho al aire, puesto que quien ha interrogado ya tiene la mirada puesta en el siguiente, en el compañero que se acerca para cumplir también con el ritual de los reencuentros. Mientras te besan, felicitan, sonríen y preguntan, mientras unos y otros te ponen en la lista de los que ya han sido saludados, te planteas qué ocurriría si te saltaras las reglas del juego y, en lugar de responder con ese bien que todos ansían, te detuvieras a explicarles realmente cómo estás. 

C.M.SB.

¿?

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