miércoles, 30 de enero de 2019

Pasajeros

Paseas por la ciudad cuando comienza la noche. Un autobús circula. Ningún pasajero a bordo.  Cada una de sus ventanas vacías proyecta una luz amarillenta, casi dolorosa. Como en un relámpago, ves una pequeña parte del conductor. Y, por un instante, te pones en su lugar. Te imaginas al volante, sumergida en la soledad, en el ruido del motor, en el vacío que reina a tu espalda. Te imaginas unos ojos cansados, una mirada que contempla la ciudad a esa hora en la que todo el mundo se apresura para llegar a casa, a un refugio seguro. Por un momento, crees que te gustaría ir sentada junto a una de esas ventanas, apoyar la frente sobre el cristal y recorrer las calles sin mover un pie. Y estar en completa soledad, unos metros más allá de la de ese hombre al que apenas has visto.

C.M.SB.

Edward Hopper

No hay comentarios:

Publicar un comentario