domingo, 13 de enero de 2019

Espejismos

Nunca se pareció al hombre con el que había soñado. Su barba era demasiado cerrada y su vocabulario, escaso y rudo. Detestaba el roce de su cuerpo, el olor que exhalaba su piel: a campo, a trabajo. Sin embargo, cada noche, cuando él le trenzaba el pelo con sus manos, agrietadas y torpes, ella cerraba los ojos y, por un instante, se estremecía al creerse enamorada. 

C.M.SB.

Dibujo: Benito Moreno.

2 comentarios:

  1. ¡Que bonito!
    No se si podré contestar con tantas incongruencias para demostrar que no soy un robot ..No lo soy, pero ... ¡ y si lo fuera!, pues nada , tan ricamente, vamos, digo yo

    ResponderEliminar
  2. Gracias. Tu comentario, a pesar de las dificultades, ha llegado hasta aquí. Y yo me alegro mucho de recibirlo. Un abrazo.

    ResponderEliminar