Una estación, montañas y lagos, un tren vigilado por marmotas, casas de piedra y una biblioteca, unas cenizas que vuelan para quedarse, una vecina incómoda, los mosquitos y la risa loca de las gaviotas, la playa, el café y el periódico, la piscina y el agua azul y tibia, un eclipse con mojito, una guitarra y una luna anaranjada y redonda. Libros y arena caliente. Y un ronroneo amigo. Habitación 222 y vistas al mar. Un viaje de ida y vuelta. Y el deseo de muchos otros. Nuevas pinceladas.
C.M.SB.
Fotografía: C.M.SB. |
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