Al poco de iniciar sus vacaciones
en la playa, Marta abandonó su habitual viveza y se instaló en su rostro un gesto ausente. Nunca
supo en qué momento apareció la primera escama en su cuerpo ni cuándo oyó por
primera vez aquellas voces en las que subyacía el rumor de las burbujas. Por
más que Alberto insistía en darle conversación, ella mantenía un silencio
expectante sin apartar apenas la mirada del mar. Una tarde se metió bajo el
agua de la ducha y, al comprobar que quedaba estancada al fondo de la bañera,
se agachó para averiguar qué obstruía el orificio.
Alertado, Alberto entró en el
cuarto de baño una hora más tarde. Se abrió paso entre una espesa cortina de
vaho y cerró el grifo para detener el torrente de agua.
Nunca pudo explicar por qué
regresó solo de aquellas vacaciones en el mar.
C.M.SB.
Fotografía: C.M.SB. |
Que fotazo������
ResponderEliminarPuro azul Costa Brava. No existe otro igual, al menos para mí.
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