La mujer luce una bonita melena, pero el hombre que conversa con ella sólo ve la cana que nace en la sien derecha.
El adolescente tiene un rostro realmente armonioso, sin embargo, la muchacha que se sienta a su lado mira obsesivamente la espinilla que ha brotado en una de las aletas de su nariz.
La mesa está puesta con un gusto exquisito, pero el comensal, mientras espera el primer plato, detecta una mancha microscópica en la servilleta de su vecino.
Y así, hasta el infinito.
C.M.SB.
Sherlock Holmes |
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