jueves, 13 de octubre de 2016

Tan pequeños

Como siempre, leo el dominical de El País con varios días de retraso. Entre sus páginas encuentro la obra de Michele Durazzi. Me impacta de tal modo que no puedo apartar la mirada de esas imágenes. Hay algo hipnótico e inquietante en esos espacios inmensos de colores muy claros en los que aparece la figura humana, muy pequeña, casi insignificante, y, sin embargo, con el protagonismo que adquiere la vida cuando se contempla a través de un microscopio. Sin poderlo evitar, recuerdo un sueño recurrente que me ha perseguido durante años. En él, me veía flotando en el agua. A mi lado, tan cerca que podía tocar su casco con las manos, un barco inmóvil y silencioso, de dimensiones gigantescas, vacío. Recuerdo que siempre me despertaba con el sabor del miedo en la boca. No el miedo a ahogarme o a ser aplastada por aquel monstruo de metal, sino por sentirme tan pequeña, tan perdida y sola frente a lo inabarcable.

C.M.SB.




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