viernes, 29 de noviembre de 2019

Aplazamientos

El niño raro llegó al mundo con un mes de retraso. La demora en el nacer debió de imprimir su carácter pues el aplazamiento se convirtió en el mayor de sus vicios. Retardó su adolescencia y postergó hasta lo indecible la edad de la madurez. De igual modo, dilató la conquista y, cuando llegó el momento, más que padre fue abuelo de sus hijos. El día que la muerte llamó a su puerta, el anciano le suplicó que esperase veinticuatro horas más. Así pudo disfrutar de un amanecer más de los que le estaban destinados. Su entierro, como no podía ser de otra manera, sufrió un retraso deplorable a causa de las lluvias torrenciales provocadas por un frente jamás conocido en aquella extraña región sometida a una sequía de siglos. 

C.M.SB.

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