Un día largo, un café apresurado, un artículo esperanzador sobre la supervivencia de los libros en papel, poesía escrita por manos jóvenes, una mirada amistosa, una conversación que se retoma y se interrumpe de nuevo, un día que empieza con niebla y se va detrás del sol, un pequeño capricho satisfecho, las notas del piano que acompañan a estas palabras, la noche que avanza y el recuerdo de una alarma, de una belleza diminuta en peligro de extinción, tantas cosas por contar, tantas que se callan y se pierden en el silencio...
C.M.SB.
Fotografía publicada en El penúltimo vuelo del colibrí (El País Semanal) |
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