lunes, 30 de enero de 2017

Palabras para hoy

Miramos las cosas que nos resultan cercanas casi sin verlas, y cuando las perdemos, podemos reinventar su imagen completa, como si fueran nuevas, no veladas por la cotidianeidad y la rutina.

Lo que olvidamos
(Paloma Díaz-Mas)


viernes, 27 de enero de 2017

Coreografía

Paseo bajo la lluvia en esta tarde destemplada. Luna camina a mi lado con su elegancia de bailarina, con ese trote alegre y, a la vez, sereno. Juntas sorteamos los charcos en la calle vacía. El sonido del agua y del rodar de los vehículos sobre el asfalto empapado se ve interrumpido por una música que se va acercando poco a poco. Tres adolescentes encapuchados se cruzan con nosotras. Uno de ellos lleva una especie de altavoz, un aparato enorme que parece pesar más que el chico que lo sostiene. Luna se para a olisquear la hierba mojada en el momento exacto en que los chicos se detienen frente a un coche aparcado. Y, los tres, en un único gesto, como respondiendo a una señal muda,  se llevan la mano al flequillo que asoma, lacio, bajo la capucha. Como en una coreografía ensayada y repetida mil veces, los tres abren los dedos y se peinan sin cruzar palabra. Y, al hacerlo, flexionan las piernas e inclinan ligeramente el cuerpo, los tres hacia el mismo lado, los tres buscando el encuadre perfecto. Sus rostros están muy serios, concentrados. 
Los adolescentes se alejan. A su paso dejan una estela de rap.

C.M.SB.

¿?

miércoles, 25 de enero de 2017

Podría

Podría escribir sobre el vaho que salía esta mañana de mi boca mientras caminaba deprisa por la calle o tal vez del sol que entraba por la ventana de mi coche, horas más tarde. Un sol que me adormecía entre las páginas del libro que leo en estos días Lo que olvidamos (hermoso título). Podría escribir de los trinos que me llegaban desde una rama situada a pocos metros del cristal abierto. O tal vez podría describir el ruido acompasado de los tacones sobre la acera. Quizás podría tratar de atrapar el color exacto de una bufanda juvenil colgada del cuello de una señora madura. Acaso debería intentar explicar el placer de sentarme al final del día y escribir estas líneas. Pero ya lo he hecho demasiadas veces y temo repetirme. A lo mejor podría viajar en las notas de ese piano que suena y acompaña mis palabras. Tal vez podría dejar en este espacio una huella de todo lo bello que me he encontrado en el camino de este largo miércoles. 

C.M.SB.

¿?



sábado, 21 de enero de 2017

Interrogante

Me pregunto si, en lugar de conversar, no nos pasamos la vida intercambiando monólogos.

C.M.SB.

Ilustración: Leticia Zamora Méndez


jueves, 19 de enero de 2017

Galimatías

Esta mañana, mientras tomaba mi habitual café y leía una historia de fantasmas, las palabras se mezclaban en mis oídos y en mi cabeza, confundidas y enredadas en un auténtico guirigay. Por un lado, Rudyard Kipling me hablaba desde las páginas del libro que ahora me traigo entre manos. Por otro, la mujer que estaba sentada a pocos centímetros de mi silla relataba la aventura de caminar con tacones sobre unas tejas árabes (ignoro el motivo y el final de la peripecia). A estas voces, se sumaban las de los camareros y clientes. La banda sonora de este galimatías la ha puesto Gabinete Caligari con Hay cuatro rosas
La lectura me suele llevar muy lejos de la realidad. Hoy, ni siquiera los fantasmas de Kipling han conseguido alejarme de ella. 

C.M.SB.

Rudyard Kipling

miércoles, 18 de enero de 2017

Aliadas

En este pequeño paréntesis que se abre en el día, me concedo el regalo de sentarme frente a la pantalla. De fondo, nuevamente, suena música que viene de África. No entiendo las palabras de la canción que me acompaña y, sin embargo, me despiertan y me ayudan a sentir. Esa voz que llena la habitación me invita a dejarme llevar, a seguir el ritmo a mi manera: pulsando las teclas y permitiendo que una parte de mí se quede prendida de estas líneas. Las palabras, una vez más, se convierten en mis aliadas imprescindibles. 

C.M.SB.

¿?



lunes, 16 de enero de 2017

Cosas que ya no existen

Hace unos días terminé de leer Cosas que ya no existen de mi admirada Cristina Fernández Cubas. Lo elegí dejándome llevar por el nombre de la autora, pero también por el título. Es tan larga la lista de personas, cosas y circunstancias que ya no están presentes y que jamás volverán. Así, de pronto, me viene a la memoria una tiendecita de ultramarinos situada junto al portal de mi infancia. Recuerdo sobre todo los estantes llenos, la mezcla de olores, el papel de estraza, la balanza... Allí, como era costumbre entonces, se compraba a granel y, mientras tanto,  se hablaba de la vida y milagros del vecindario. Ahora me veo delante del mostrador observando fascinada aquel universo donde todo cabía. Poco podía imaginar en esos momentos que, muchos años después, en un día de enero, me sentaría a escribir unas cuantas líneas sobre ese mundo que formaba parte de mi existencia y que se fue para no regresar. 

C.M.SB.



viernes, 13 de enero de 2017

Las manos

Hace tiempo mientras espera a que suene el timbre. Pasea arriba y abajo de la acera. Se detiene y saborea el cigarrillo. Observa a una pareja de ancianos. La mujer camina erguida; él, un poco titubeante. Sus manos están entrelazadas. De pronto, una farola se interpone. Los ancianos se separan unos pocos centímetros, lo justo para sortear el obstáculo. A la fuerza, las manos quedan libres.
En el mismo instante en que el farol queda atrás, los dos extienden el brazo. Y las manos se buscan de nuevo.
Mientras a lo lejos suena un timbre, el humo del cigarrillo se pierde en el aire.

C.M.SB.

¿?



martes, 10 de enero de 2017

Escribir...

la nota que te espera a primera hora de la mañana para recordarte aquello que más temes olvidar, esa carta de despedida o esa declaración de amistad (o de intenciones), la interminable y monótona lista de la compra, el estribillo de esa canción que no deja de sonar en tu cabeza, la idea que te asalta y que quieres retomar un poco más tarde, el pensamiento que atrapas en pleno vuelo cuando caminas por la calle, el número de nubes que flotan en el cielo en el momento exacto en que levantas la mirada, el comienzo de una historia que no sabes cómo acabará... Escribir siempre y acerca de todo: de lo pequeño y de lo grande. Buscar y escoger las palabras con el mayor cuidado, sin ninguna prisa, o dejar que el reloj avance y permitir que ellas te encuentren a ti. Escribir ahora, en este preciso instante y contemplar cómo cada letra queda unida a la siguiente. Escribir para sentirte viva, para ser absolutamente feliz.

C.M.SB.

¿?

lunes, 9 de enero de 2017

Fin de vacaciones

Cambias la hora del despertador y suena, muy temprano,  con esa voz impertinente y archiconocida de la rutina. Te enroscas la bufanda nueva y sales a la calle. Habrá que poner buena cara y retomar el día a día  en el punto exacto en que se dejó. O casi.

C.M.SB.

¿?