lunes, 18 de abril de 2016

Cada loco con su tema

Esta tarde, cuando tomaba mi sagrado café, asistía divertida a una verdadera conversación de besugos. Mientras el cliente número uno hablaba con entusiasmo de un deporte de cuyo nombre no consigo acordarme, el camarero contaba la odisea de un reparto a domicilio en moto y bajo la lluvia. A lo cual el cliente número dos ha añadido un pormenorizado relato de las dificultades que su negocio había sufrido durante el fin de semana. Sus hijos (los del cliente número dos) asentían mirando a uno y a otros. A juzgar por su rostro, el bocadillo debía de estar delicioso.
La verdad es que yo he disfrutado de mi café. Y del momento.

C.M.SB.







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