como en tantos otros momentos raros, había un no sé qué en el ambiente que me hacía sentir unas enormes ganas de echar a correr tras algo impreciso y, sin embargo, apetecible. Quién sabe qué oportunidad habrá pasado a mi lado sin que yo la haya sabido reconocer.
C.M.SB.
Yo, ahora, procuro no dejar ninguna.
ResponderEliminarHaces muy bien. Hay que cazarlas al vuelo. Un abrazo.
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