Ayer, mientras tomaba un café en una terraza, leía las palabras de Manuel Vicent publicadas el domingo anterior en El País (Puñalada). Hablaba de un hecho trágico e inexplicable como siempre lo es la violencia y, de pronto, con el arte que caracteriza a este magnífico escritor, surge de lo más negro la poesía:
[...] la indecible ansia de felicidad, la melancolía del tiempo que huye y el deseo imposible de agarrarse a un asa de viento para huir, la espera de ese sol que a partir de esa noche comenzará de nuevo a morir hacia el otoño llevándose por delante nuestra memoria hacia las hojas amarillas que de nuevo cubrirán los caminos.
Hermosas, melancólicas palabras las que me acompañaron en esas primeras horas de la mañana.
Al final del día, el primero de mis vacaciones, me regalaron unas semillas. Las plantaré en una tierra buena y veré qué nace de ellas. Así da comienzo mi verano.
C.M.SB.
Manuel Vincent es de los pocos que quedan que escriben no sólo con palabras y tu también ... De las semillas.Veremos
ResponderEliminarGracias por tu comentario. De las semillas, bien lo dices: veremos qué nace de ellas. Espero que algo realmente bueno.
Eliminar¡Felices vacaciones!... Que leas muchas columnas de Vicent sentada en terracitas.
ResponderEliminarGracias. Eso espero, que haya tiempo para leer y para disfrutar de uno de los grandes placeres de esta vida: las terrazas de verano. Hasta pronto.
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