viernes, 14 de marzo de 2014

Párrafos para recordar (quinta entrega)

Casi todas las manzanas silvestres son hermosas. Nunca son demasiado deformes, ásperas o manchadas para contemplarlas. La más deforme tendrá algún rasgo que la redimirá a nuestros ojos. Descubriréis una rojez vespertina que salpica alguna protuberancia o alguna cavidad. Es raro que el verano deje ir una manzana sin imprimirle rayas o manchas en alguna parte de su esfera. Tendrá algunas máculas rojas para conmemorar las mañanas y atardeceres que ha presenciado; algunos borrones oscuros y mohosos en memoria de las nubes y de los días brumosos y húmedos que le han pasado por encima; y un espacioso campo verde que refleja el rostro general de la Naturaleza, verde como los campos; o una base amarilla, que significa un sabor más suave, amarilla como la cosecha, o rojiza como las colinas.

Las manzanas silvestres
Henry David Thoreau


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