domingo, 7 de abril de 2013

LA RISA DE LA SIRENA
La vi en la cubierta. Como siempre, estaba sola y sus ojos no se apartaban del mar. Lo miraba de una forma tan obsesiva que me dio miedo. Pensé que iba a saltar y, de hecho, lo hizo. Sin pensarlo dos veces, me arranqué los zapatos y me lan tras ella. Con dificultad, abrí los ojos bajo el agua turbiaEntonces, vi con asombro que sus piernas se habían convertido en una cola de pez. 
Su risa de sirena burbujeó en mis oídos cuando recordé que yo no sabía nadar.  
(C.M.SB)

Ilustración: Pedro Peinado.


2 comentarios:

  1. La siempre encantadora risa de la sirenaque te deja encantado cual canto de sirenas ... lo malo es no saber nadar, efectivamente ... pro quizá pasaría por allí algún delfín donde agarrarse y salvarse, seguro ...

    ResponderEliminar
  2. Es una bonita idea. Gracias por tus comentarios.

    ResponderEliminar