domingo, 18 de noviembre de 2012

Lluvia de hojas...

Esta mañana, mientras tomaba un café en la terraza de un bar, observaba el cielo, muy azul y salpicado de nubes muy blancas. Poco a poco, el viento ha comenzado a soplar, cada vez con más fuerza. Frente a mí, las ramas de un árbol bailaban al son de las ráfagas de aire. Las hojas secas se han desprendido, todas a una. Antes de caer al suelo, planeaban unos instantes, hacían piruetas cruzándose entre sí y susurraban con voces llegadas de otro tiempo, de otras mañanas de domingo que se han ido para no volver o que sí regresarán, a mi memoria, cuando menos las espere.
Las campanas de la Iglesia de la Antigua se han sumado a esos susurros y una bandada de palomas asustadas ha sobrevolado los tejados. En ese preciso instante, he apurado el café y he echado a andar.
(C.M.SB)





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