sábado, 6 de octubre de 2012

Microrrelato

LA GRIETA

En un tiempo remoto, los hombres levantaron un muro alto e inexpugnable. A un lado quedaron las gentes del Sur, a otro, las del Norte. Durante siglos, la frontera fue respetada, sin que nadie se atreviera a mirar más allá de la pared. Sin embargo, un día, un muchacho del Norte descubrió una minúscula grieta entre las piedras. A través de la rendija, aspiró el aire del otro lado. Olía a especias y a flores. Lo aspiró con fruición y con una creciente curiosidad. Anhelaba saber qué se escondía más allá de los límites impuestos, de modo que, cada mañana, se aplicó a la tarea de agrandar la fisura. No era un trabajo sencillo. Los hombres habían puesto todo su empeño en construir una barrera invencible. No desistió y, centímetro a centímetro, fue abriendo paso a sus deseos. Una noche, se acercó a la abertura e intentó penetrar las sombras con sus ojos claros. Su mirada tropezó con otra mirada, distinta, más oscura, expectante. Aquel encuentro, silencioso y clandestino, fue el primero de muchos otros. Conforme pasaban las semanas y los meses, ambos, el muchacho del Norte y la muchacha del Sur, intercambiaron pequeños objetos, dibujos, tradiciones y leyendas de sus respectivos mundos. Así aprendieron a adivinarse, a imaginar cómo era la vida del otro detrás del muro. Durante el día, los dos jóvenes soñaban con que llegara la noche para encontrarse de nuevo, para que las yemas de sus dedos volvieran a rozarse. La grieta, que en un principio les había parecido una puerta hacia la libertad, se les hizo de pronto demasiado estrecha. Fue entonces cuando sellaron un pacto: derribarían el muro, piedra a piedra. Con sus propias manos. La grieta no podía ser el final de su historia. Tan sólo era el comienzo.
(C.M.SB)




3 comentarios:

  1. Me ha encantado este relato. Es precioso.

    Te invito a visitar mi blog, que estaba medio abandonado. Tiene un poco de todo: libros, cine, discapacidad, perros, dientes...

    Un beso,

    Silvia

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  2. La grieta puede ser una salida, no a la libertad, no a cualquier destino, sencillamente una salida, una vía de escape, como he leido en un cuento

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