Podrías haber pasado de largo y no verlas. Podrías haber mirado hacia otro lado, pero por azar, por casualidad o tal vez porque estas líneas debían ser escritas, has girado la cabeza y tus ojos han caído sobre estas hojas, sobre esas huellas que dejó ayer la lluvia. El caso es que aquí está la imagen y aquí van tus palabras. Seguramente no podía ser de otra manera. Una vez más, has caído en la tentación de posponer lo que te habías planteado hacer a esta hora y te has sentado frente a la pantalla, con esa impaciencia que conoces tan bien, con ese impulso de transcribir tus sensaciones, saboreando con anticipación el placer de buscar la palabra adecuada, con el gusto por alcanzar la musicalidad de un texto, con la intención de grabar la belleza de un instante, con el deseo de que el resultado refleje lo que quieres expresar, con la esperanza de que alguien lea estas líneas y sea capaz de comprender por qué has sentido la necesidad de compartir un minúsculo retazo de esta mañana, de tu mañana.
C.M.SB.
Fotografía: C.M.SB. |
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