lunes, 13 de diciembre de 2021

Luces

Paseas en estas tardes que se hacen noche muy pronto. Caminas por las calles habituales. Conoces lo que hay unos pasos más allá. Te son familiares los escaparates, los pasos de cebra, las fachadas de las casas y sus jardines. También las ventanas. Esas en las que hay una luz encendida. Las observas mientras andas. Cada una tiene su propio tono, su propia calidez. Avanzas y sientes el frío en la cara y, por contraste, te da la sensación de que te recorre algo del calor que hay al otro lado de los cristales iluminados. A través de cada ventana, ves un retazo del cuarto al que pertenece. Ahí ves un fragmento de estantería, allá la esquina de un cuadro, la hoja de una puerta, la silueta de alguien moviéndose por la habitación. Imaginas la quietud de los muebles, el ambiente caldeado por la calefacción, las sombras proyectándose en el suelo, las pisadas amortiguadas por las alfombras o por las suelas de unas zapatillas de andar por casa. Bajo tus pies hay humedad y hojas aplastadas. Por un instante, desearías que tus zapatos se despegaran del asfalto, extender los brazos y planear lentamente para asomarte a todas y cada una de esas vidas que se anuncian con focos y que, sin embargo, no están al alcance de tu mirada. Cuántas historias descubrirías bajo esas luces, cuántas sorpresas, cuántos misterios guardados en esas calles que a veces crees conocer. 

C.M.SB.

¿?


2 comentarios:

  1. Me gusta mucho cómo has plasmado la idea de la luz en la noche (y precisamente el día de Santa Lucía, donde la luz en la oscuridad es la protagonista, por lo menos en Suecia). Sin duda es una imagen, una idea, que tiene su misterio, a nivel intimista, poético. No sólo supone el "quiénes vivirán ahí" o "cómo será esa casa", sino también lo que supone precisamente eso en sí: la luz en medio de la calle oscura, una nota de vida y calor en la noche. Yo lo he pensado muchas veces en los pueblos de noche, desde que era pequeño. La luz en el porche siempre me ha dado la sensación de que esperan a alguien, de que ese alguien siempre será bienvenido allí. Hay un cuadro de William Degouve de Nuncques que sugiere todo eso. En realidad todos sus cuadros sugieren algo así.
    Muy bien plasmado, aunque haya visto este post con retraso jaja

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  2. No sabes cuánto me alegra encontrarte por segunda vez. Muchas gracias por asomarte de nuevo a esta ventana.

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