Amanece un lunes destemplado. Conduces temprano, cuando aún es de noche. Aparcas y haces tiempo mientras escuchas la radio. Estás ausente, tu pensamiento salta de un lugar a otro. De pronto, miras el cielo. La luz intenta colarse entre las nubes oscuras. El día da sus primeros pasos. De golpe vuelves a la realidad, a ese momento concreto. Tomas conciencia de lo que te rodea y tienes la sensación de estar asistiendo a un milagro, al nacimiento de una nueva mañana en la que podría caber todo, incluso lo que en ese instante te parece lejano, imposible.
C.M.SB.
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Si escribes esto un lunes, no cabe duda que estaré encantado de leer lo que puedas escribir el viernes, o el sábado y mejor todavía el domingo 👏👏👏
ResponderEliminarQué amable eres siempre conmigo. Muchas gracias.
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