martes, 7 de febrero de 2017

Piezas para un puzzle

Caigo de nuevo en la tentación de sentarme frente al teclado en el único rato realmente libre que he tenido a lo largo del día. Repaso todo lo que ha sucedido desde que esta mañana, muy temprano, sonó el despertador. Y parece mentira. Si uno se parara a detallar cada suceso de la jornada, vería que la lista es muy larga. Cuántas cosas pequeñas han ocurrido, con cuántas personas hemos hablado o hemos intercambiado una sonrisa, una mirada cómplice, una confidencia, esas menudencias que compartimos a través de las horas con todos aquellos que conforman nuestra realidad, desde los seres más cercanos y queridos hasta llegar al camarero que te sirve ese inevitable café. Cada pieza se engarza con la siguiente y, minuto a minuto, se va construyendo el puzzle de este martes que todavía no ha terminado y que aún puede ofrecer una ficha distinta e inesperada con la que se completaría la crónica de un día cualquiera y, sin embargo, único e irremediablemente irrepetible.

C.M.SB.

¿?

2 comentarios:

  1. ... irremediablemente irremediable ... el café ... tu café ... y el cigarrillo ... aguantáis contra viento y marea Marysol y tú ... indefinidas ... indeterminadas ante el aroma sublime del café que inunda la habitación y ante la voluta de humo que sube balanceándose con la ligera entrada de aire que llega desde la terraza ... Vosotras mismas, colegas.

    ResponderEliminar
  2. Sí, de momento, son dos grandes placeres. Ya veremos en el futuro. Gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar