Caminas por la calle pensando en lo más inmediato, en lo que te urge en ese momento y, de pronto, sientes el airecillo frío en la cara o un rayo de sol que te obliga a parpadear. Te detienes a escuchar la vida que discurre a tu alrededor y, sin saber muy bien por qué, te asalta la felicidad, la creencia de que todo es posible.
C.M.SB.
Ilustración: Yelena Bryksenkova |
Energía solar y síntesis de vitamina D a tope. Muy bueno.
ResponderEliminarGracias. Un beso.
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