Caracol, col, col ...
“…Sin saber cómo ni por qué, el caracol que vivía en el
geranio de la ventana del señor Garrigós apareció en Nueva York. Esto no
llamaría la atención si dicha ventana también estuviese en Nueva York o
en los alrededores; pero como no era el caso, porque la ventana estaba a
orillas del Mediterráneo, en Alicante, España, pues la llama. El señor
Garrigós y el caracol se conocieron en el campo una mañana brumosa;
ambos lo recordaban como si fuera ayer…”.
Era un balón duro, de los de uso habitual, de los que cuando lo das de cabeza, ya sea en remate o en un despeje, te deja mareado, pero no obstante insistes, y no acobardas a darle de nuevo ... hasta que un día cansado de que te hiciese daño "le metiste un zambombazo" que le llevó hasta el Bernabeu, ¡si!, el estadio Santiago Bernabeu del Real Madrid ...
ResponderEliminarCasi viajo tanto como el caracol del señor Garrigós.
Javier (años 70. Escrito después de un partido de fútbol)
Gracias por el comentario y por compartir recuerdos.
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