martes, 22 de agosto de 2023

A partir de Taneda Santôka

Sigo un camino de viento

que los ojos no pueden ver.

La ráfaga, el aliento de la brisa,

el airecillo fresco de la mañana

son mis únicas brújulas.

Abro mis velas y me dejo llevar,

planeo por encima de la ciudad y los campos

y, desde la distancia, contemplo la vida.

Por el momento no quiero tomar tierra,

prefiero seguir así, suspendida,

ligera, sin mapa ni guía.

Sé que el día que vislumbre mi destino,

plegaré las velas y me dejaré caer suavemente.

Posaré entonces mis pies sobre el camino,

abriré los ojos y, con el viento a favor,

echaré a andar.

C.M.SB.

¿?


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