sábado, 22 de mayo de 2021

Horizonte

El caracol se despidió de sus amigos y del valle. Y, despacito, inició el ascenso de la montaña más alta. Con enorme esfuerzo y paciencia, llegó tiempo después a la cumbre. Entonces, suspiró satisfecho. No por haber llegado al final, sino porque había alcanzado el inicio de un camino. Desde allí arriba, se podía contemplar un horizonte sin límites. Tras esa montaña, había otras muchas. Y más allá, bosques inexplorados, rutas desconocidas, aires nuevos y frescos, praderas verdes y campos fértiles, todo un mundo por descubrir. A su ritmo, con la calma aprendida en la quietud del valle.

C.M.SB.

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