Alba estiró la mano y él se la estrechó con la izquierda. Entonces ella notó que le faltaban varios dedos de la mano derecha, pero él le explicó que a pesar de eso podía tocar la guitarra, porque siempre hay una forma de hacer lo que uno quiere hacer.
La casa de los espíritus
(Isabel Allende)
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Siempre.
ResponderEliminarMe gustó el VN libro
Yo lo releo de vez en cuando y siempre lo disfruto, desde la primera a la última línea. Gracias por tu comentario.
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